AKENATON
AKENATON
Empezó a reinar durante
los años dorados del Imperio egipcio, hace casi 3.500 años.
Akenatón, también conocido como Neferjeperura Amenhotep, Ajenatón, Akhenatón, Amenhotep IV o Amenofis IV y su esposa Nefertiti.
Egipto era el más rico y
poderoso del mundo.
Su
ejército derrotaba a cualquier otro que lo enfrentara; sus cosechas eran
abundantes y su población bien alimentada; sus suntuosos templos y palacios
reales estaban colmados de tesoros y todos estaban convencidos de que su éxito se debía a que mantenían a los dioses contentos.
Fue entonces cuando
Akenatón llegó al trono con ganas de cambiar una religión de unos 1.500 años de
antigüedad.
- - Decretó que los 2.000 dioses tradicionales
que habían protegido a Egipto por más de mil años quedaban eliminados.
- - Los dioses en formas animales y humanas fueron
reemplazados por un dios abstracto, el Sol o Atón, que iluminaba con sus rayos
al rey.
-
Dejarían la antigua y sagrada ciudad de Tebas, el corazón de
toda la nación, y se dirigirían hacia el norte por el río Nilo en busca de una
nueva utopía.
-
La ciudad a la que llamó Ajetatón -que significa Horizonte de Atón- se
volvió el nuevo corazón político y religioso de la nación, el centro de un
nuevo culto.
Akenatón había logrado
establecer una nueva ciudad, un paraíso religioso en el desierto.
Se había declarado hijo
de Dios y parecía que su revolución religiosa en Egipto era exitosa.
Pero todo empezó a derrumbarse.
-
Akenatón perdió más de una hija, probablemente
víctimas de la peste, que en esa época arrasaba con el país.
-
Sus súbditos, incluso los que vivían en su ciudad, realmente no
habían abandonado a los otros dioses y el faraón se enteró de la traición.
-
Cuando parecía que la situación no podía ser
peor, perdió a la mujer que lo acompañó desde el principio: la
reina Nefertiti.
13 años
después de la fundación de su ciudad, Akenatón murió.
La
ciudad fue abandonada y más tarde sistemáticamente destruida, borrada de la
memoria, junto con el culto a Atón y el mismo Akenatón, quien por mucho tiempo
fue sólo recordado por ser, el padre del gran Tutankamón, su
sucesor.
Sólo quedan huellas de la ciudad que fue el sueño realizado de Akenatón y Nefertiti.
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